Realizados en nuestro taller, todos nuestros colgadores están producidos únicamente con las ramas provenientes de la poda de árboles frutales. Un proceso lento y manual que empieza con la selección, limpieza y secado natural de la madera antes de cortar cada pieza, lijarla, ensamblarla y pintarla manualmente. Suave, ligero, y a la vez robusto, cada colgador luce por su bella imperfección con sus propias marcas, nudos y tonos dando una preciosa imagen incluso dejándolos a la vista.
Rectos, inclinados, redondos, largos, cortos, gruesos…
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